Mientras esperaba aquel metro, mi
mente se abstrajo completamente de ese andén para llevarme nuevamente a la
habitación donde había estado horas previas con él. Aún sentía su aroma en mí;
impregnaba mi ropa como un perfume de fluidos en movimiento, un néctar
fabricado para mi cuerpo, que dulcificaba a la par que ardía mi piel. Con el obsequio
de ese arrebato de pasión, ni siquiera pude asearme. Llegaba tarde al trabajo,
pero agradecía que me hubiesen acompañado toda la jornada nuestras fragancias
entremezcladas. Un día inacabable de orgasmos repetidos y masturbaciones
mentales. De nuevo, había vuelto esa sacudida recorriendo en forma de
escalofrío todo mi ser. Sentía aún sus manos apretándome los glúteos contra él,
mis pezones estaban irritados de convulsiones convertidas en bocados; a fuego
lento, a fuego vivo, a medio cocer.
Un golpe fortuito en el hombro me
devolvió a la realidad. Presa de mis jadeos regresaba a casa, necesitaba más,
como una damisela ansiosa por un encuentro furtivo con su caballero, sin
armadura —para qué perder el tiempo—.
Allí sentada, en ese frío asiento,
entrecruzaba con fuerza mis piernas. Sentía un dolor placentero que me
recordaba lo poco que hacía de la visita de ese turista, el cual no necesitaba
una guía ni un mapa de búsqueda del tesoro; a él le bastaba con ser el mejor
pianista. Y no hubo una tecla que quedase por acariciar, y me compuso la más
armoniosa y apasionante melodía que una mujer pudiese imaginar. En mis labios
quedaba un hormigueo, una pócima mágica que los había convertido en continua
humedad de inagotable deseo. Mi excitación iba en aumento con cada paso del
trayecto de vuelta a mi paraíso terrenal. Y no dejaba de imaginar a ese diablo
y su tridente que me incitaba a tentar y a morder serpientes.
Nervios.
Una cerradura que abre la puerta de
mi universo.
Y aquella habitación, mi sala de
juegos, donde horas antes había pecado… Ahora él está con otra... regalándole
un orgasmo. Mi-or-gas-mo.
Realmente no tenía ni idea de que escribieses este tipo de relatos. Es cierto que nos conocemos hace relativamente poco, y que aún me queda mucho por descubrir en tus letras. Superado el efecto sorpresa, lo que si te puedo decir es que esta pieza en concreto me ha parecido muy lograda, y que derrocha sensualidad y femineidad a partes iguales. Sólo espero que este texto no llegue a manos de mi blog. ¡La que se podría liar! ; )
ResponderEliminarUn beso, Soledad. Nos leemos. : )
Pues Pedro... yo tampoco jejeje Yo voy soltando textualmente lo que me sale del coco. Además, lo de escribir, lo que se dice escribir... yo soy una juntadora de palabras profesional. ;)
EliminarCreo que la parte de que no me había duchado te la has saltado, femenina no sé yo con el cantecillo a sobaco. :P
Gracias por pasarte. Un placer recibirte, como siempre. :)
Un beso, Pedro. Y para tu blog un orgasmo, perdón un abrazo. (10 pavos qué aquí no se regala ná) :D
-¿Un orgasmo? ¿Ha dicho que para mí un orgasmo?
EliminarSe ha equivocado, blog. Ella misma rectifica al final de la frase.
-Eso, tú siempre jodiéndolo todo.
Pero si lo hago por ti, tonto. ¿No ves que no quiero que quedes en evidencia?
-Vete a la mierda.
No. Mejor nos vamos los dos, que este no es lugar para discutir. ¡Menudo espectáculo estamos dando en el rincón de Soledad! Que, por cierto, hay que ver lo bien montado que lo tiene todo.
-¿Qué? ¿vienes o qué?
Voy, voy.
Yo creo que mi blog le estaba lanzando una sutil indirecta al tuyo, es más, qué se me desmelena y ya está montándolo todo para la boda en las Vegas. Yo no sé tú, pero yo no me pierdo a tu blog disfrazado de Elvis (o de Gazpancho Villa) :D
EliminarTambién ha sido el primer texto que te he leído sobre este género, y ha sido una agradable lectura, que se ha hecho amena por las expresiones en las que sueles moverte y por el toque que le das a las cosas. Un beso y sigue con esa forma de expresarte Soledad :)
ResponderEliminarComo te he comentado antes ha sido culpa del café que me ha estimulado, y no des ideas con las cerves que la lío y le tengo que poner para mayores de 18 años. Sí, con esa forma tendré que seguir porque, la verdad es que, tampoco conozco otra jeje
EliminarUn beso.
Muy buena!!!!
ResponderEliminarGracias ;)
EliminarGenial, me ha encantado lleno de sensualidad, aunque con chasco final. Pero bueno, que se le va a hacer. La pobre ha disfrutado más en el trayecto, eso que se lleva. Un besillo.
ResponderEliminarGracias, María ;) Pero hasta encontrarse con el pastel... ¡¡qué le quiten lo bailao!! :P
EliminarAdemás, si queremos le hacemos una segunda parte en la que ella también se lo pase bien, jeje
Un besito.
Un delicioso y sensual texto, Soledad. Me gusta mucho el vocabulario que usas para transmitir sensaciones y narrar la acción, tiene un sello muy particular. Me ha gustado mucho!
ResponderEliminarUn abrazo de lunes.
Muchas gracias Julia, por tus palabras y por darte una vueltecilla por aquí ;)
EliminarUn abrazo :)
Un relato muy logrado, cargado de mucha sensualidad y de erotismo salvaje, casi animal, lleno de aromas a jugos y secreciones naturales como la propia vida... Un relato realista con un final que deja en un desamparo total a la protagonista y un poco también al lector al que se corta el camino por el que transitaba ya de prisa. Bueno Sole, muy bueno!!! Saludos.
ResponderEliminarjejeje ¡Vaya resumen! :D Gracias, Servilio. ¡Un saludo!
EliminarMe gusto mucho el juego que lograste entre la protagonista soñando despierta y sus aterrizadas a la realidad enlazadas de una forma genial.
ResponderEliminarMuchas gracias, Jose. ;) Saludos.
EliminarExcelente relato, una obra literaria!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias. =)
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