¿Y si... me marcho?
A conocer otros paisajes diferentes
o a regresar a alguno que me pintarrajeó la cara de felicidad.
A usar abrigo claustrofóbico
en verano o un biquini colorido en invierno.
A tropezar con la misma
piedra o a levantarme con el pie derecho.
A sufrir los efectos
secundarios o a buscar la píldora de la felicidad.
A vivir deprisa o a
seguir muriendo lento.
No lo sé.
Porque mientras estás
leyendo estas palabras, no impides que lo haga.
Pero supongamos que... me marcho.
A endulzar con otro
néctar mi café o a beber té.
A construir barricadas o a quitarme
las espinas del alma.
A matar dragones o a calzarme un zapato de cristal.
A atrapar mis sueños o a
ir hasta el infinito y nada más.
A quedarme si me lo pides
o a no volverte a ver jamás.
Aún no lo sé.
Por eso, creo que... me marcho.
A arroparme en otros
brazos sin coraza o a tirarme a un acantilado a braza.
A romper mis miedos o a
sacudir los despojos de tu afecto.
Porque intuyo que no estrujarás
las migajas de lo que un día llamaste amor.
Es por eso que… me
marcho.
Y te lo agradezco.
Me gusta tu aportación. Un beso.
ResponderEliminarGracias, Tikal. ;) Un beso.
EliminarMe ha encantado. No lo había leído y me ha gustado mucho.
ResponderEliminarMe voy a atrapar mis sueños hasta el infinito y nada más. Te dejo, hasta la próxima.
Un besillo.
Gracias, María.;) A veces hay que marcharse cuando uno está cansado de luchar contra imposibles para buscar la felicidad. =)
Eliminar¡Atrápalos y no los sueltes nunca!
Un besote. =)
Me ha gustado tu escrito o poesía.Un saludo
ResponderEliminarMuchas gracias, María del Carmen. ;) Yo diría que es prosa poética, pero no me hagas mucho caso jeje
EliminarUn saludo. =)
Que bonito... e inspirador
ResponderEliminarGracias