De regreso a mi hogar podía avistar
las ruinas de mi vida. Aquella bestia me había dominado hasta el extremo de
sucumbir a su poder lascivo. No supe, o no quise, resistirme a hincar sus
recién prestadas garras en lo prohibido. He de admitir que ella, nuestra presa,
era una de las más bellas criaturas de la naturaleza. Aun así debí arrancar mis
propias entrañas para matar el apetito. Debí. Ahora el monstruo que se alimentaba
de mí estaba apaciguado; lo había encarcelado en la mazmorra de aquel hotel. No
lo había vencido, no; simplemente le había dado lo que clamaba con la furia de
un guerrero. Todavía moraba en mí su sed de alevosía. Mi yo racional, con
el corazón rasgado, asumía cumplir condena por lo acometido. Estaba dispuesto a
rendir cuentas a mis diosas. Entregarme a ellas como ofrenda a su propio
capricho. Pero al cruzar el umbral de la puerta, la fiera despertó mis bajos
instintos. No podía soportar que las pecas de mi hija dejasen de guiar mi
destino. Me coloqué mi coraza de cobardía e hice un pacto con mi yo irracional:
«Solo sería esa vez», le aventuré. Tarde o temprano ambos, hombre y animal,
aniquilaríamos el recuerdo de haber acariciado otra piel. El silencio sería
nuestro aliado; la mudez, mi penitencia. No podía confesar a mi esposa que le
había sido infiel. «Solo una vez».
No obstante, la bestia se agita
insistentemente en mi entrepierna.
Ya van tres. Solo tres.
¡Qué bien nos sabemos engañar los humanos! "Sólo ha sido una vez", nos decimos y ya podemos dormir con tranquilidad... hasta la próxima vez.
ResponderEliminarUn abrazo.
Parecido a lo de: "El lunes empiezo la dieta". Nunca se sabe que lunes será. =P
EliminarUn abrazo. ;)
No sabía si estaba ante un relato de terror o de traición hasta el último momento. Has creado un ambiente muy opresivo a la vez que has mantenido el misterio hasta el final, pero claro, solo por esta única vez ;)
ResponderEliminarUn abrazo pampirolesco
Sólo lo haré esta vez, palabrita. =P
EliminarGracias por la visita y el comentario, compi. ;)
Un abrazo antilógico. =)
Siempre te alejas después de haber depredado nuestra atención con tus letras, te alejas diciendo: "solo será esta vez", pero vuelves en repetidas ocasiones, en lapsos de tiempo indefinidos, para calmar nuestra sed de leerte y para saciar tú, el hambre de relatarnos.
ResponderEliminarNos podríamos devorar mutuamente y acabar con la fiera que nos posee.
¡Eres tremenda!, compañera e letras
Besos.
Jejejeje ¡Eres tremendo! =P
EliminarUn besote. =)
Eso de "solo esta vez" es algo que todos nos decimos en alguna ocasión cuando hemos sucumbido a una tentación. Creo que tu prota tiene un serio conflicto interior y que está arrepentido, pero el hecho de que piense que le ha obligado "esa bestia", ya le descarga de responsabilidad en parte. Volverá a caer, estoy segura...
ResponderEliminarBuen texto, Soledad. Creo que a más de uno nos has enfrentado con la fracesita de marras, aunque no lo vayamos a confesar nunca :P
¡Un beso, guapa!
Yo también estoy segura de que volverá a caer. Es más fácil reincidir cuando no hay castigo. ;)
EliminarGracias, guapa. Muchos besos. =)
Este texto me hace pensar en esa famosa frase de "devórame otra vez..." jeje, porque aunque el tipo se haga la promesa de que sólo será esa vez, está claro que es un reincidente, bien con la misma mujer o con otra. Pero vamos, que en cualquier campo del que hablemos nos hacemos promesas del tipo "dejo esto para última hora sólo por hoy". O quizás del tipo "sólo visitaré pampirolandia una vez al año..." :P Y al final perdí la cuenta de las veces que visito tu espacio jaja
ResponderEliminar¡Un beso Sole!
Jejeje Vuelve a pampirolandia, vuelve... o voy a buscarte. ;)
EliminarUn besote. =)
Volver a caer en lo que gusta, después te arrepientes pero se vuelve a las andadas. Buen relato que hasta el final no sabemos que pasa. Un abrazo
ResponderEliminarSí, el momento de remordimiento no impide volver a caer en la tentación.
EliminarMuchas gracias por tu comentario y pasar a visitarme. ;)
Un abrazo, guapa. =)
Ayyy, la bestia, la bestia… Siempre echándole la culpa a otros, como dice Bruno, cómo somos los humanos, igual que los políticos, je je
EliminarYo que me estaba imaginando a un “increíble Hulk”, un crepusculiano vampiro o su amiguito el lupo-man y… mira por dónde, me sales con “La Bestia”, ese personajillo canijo y caprichoso que, cuando ve algo que le gusta se crece y nos da golpes en la frente (bueno, eso depende del tamaño, claro) hasta que consigue lo que quiere, que no conoce lealtades ni valores más que los de su propia idolatría… (si, si, algunos grupos humanos han hecho de La Bestia un dios) En fin, echaba de menos esa frescura y simpatía en la buena escritura. Cómo dicen los compañeros, aunque sea en dosis medidas, siempre es un gusto verte por aquí.
Muchos besos
jejeje Tremenda imaginación, amigo. Muchas gracias por ese toque divertido que le has añadido al texto. ;)
EliminarMuchos besos. =)
No me fiaría en absoluto de un hombre que cualpa a la monstruosa criatura que le cuelga entre las piernas, como artífice de sus deseos y engaños. Pero me fío completamente de tu conocimiento sobre el sexo, las corazas y el animal que ruje en nuestro interior. Es divertido y profundo, y estos temas los manejas y plasmas como nadie.
ResponderEliminar¡Abrazo, Pampirolesca Compañera de Celda! ;)
;) Muchas gracias, compi.
EliminarUn abrazo fuerte. =)
Me da la impresión de que no son solo tres. Es como decir que este es el último bollo que me como, jejejeje.
ResponderEliminarEn fin...
Genial.
Un besillo.
Sí, pinta que van a ser más. ;) Gracias, guapísima. Y dale duro con tu libro. ;)
EliminarUn besote. =)
"Solo una vez" es de las mentiras más repetidas que solemos practicar, la que sea solo una vez más y que sin saber cómo ya van tres, muy bien contado en tu relato.
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias, Conxita.
EliminarUn abrazo, guapa. =)
Qué bien escribes, Sole, de verdad. No solo ya la personificación del miembro o la metáfora es brutal e ingeniosa, sino que tu forma de narrar, con esas frases cortas y precisas, bien construidas, son dignas de ser leídas. Una manera muy original de hablar de un marido infiel. Sí, señora.
ResponderEliminarUn abrazo, Compañera.
Como dirían las Ketchus: "Y aunque parezca mentira me pongo colorada cuando... me escribes" =P Infinitas gracias. Mi yo escritora da saltitos de alegría. ;)
ResponderEliminarUn abrazo, compañero.
La naturaleza humana, uno no se puede negar a ella.
ResponderEliminarWow Soledad faltaba el aire, opresivo y tormentoso.
Me ha encantado, esa manera de expresar la emoción del engaño y los miedos que desencadenan de él.
Un abrazo, fuerte!!! :)
Jo, muchas gracias, guapa. ;)
EliminarOtro abrazo apretao. =)