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lunes, 31 de agosto de 2015

Versos para dos

   —¡Te propongo un juego! Entre los dos vamos a hacer poesía. Tu escribes un renglón y yo otro,  y descubrimos qué somos capaces de crear.
   —¡Me apunto!
   —¡Empieza tú!

   Saboreo el último sorbo de mi copa de vino tinto y comienzo a escribir mi primer renglón. Me dejo llevar por el poder del rey Baco y el capricho del momento.

Estoy en un laberinto sin salida,
sin minotauros ni ninfas,
sin trampolín ni paracaídas
pero contigo, en definitiva.
Solo en mis sueños, mi imaginación,
soy enteramente yo, cuando te sueño,
cuando te descubro, tu cuerpo, tu sudor,
tus maneras, tu interior, cuando me
excitas, ¡oh, sí!, éxtasis y dolor,
velocidad, fricción, calor...
Sexo a traición.
En definitiva… amor.
¿Follamos?

   —Creo que esto no debería terminar así. (Risas pícaras)
   —A mí no se me ocurre mejor manera de acabar esta poesía.

   Y el vino habló.




jueves, 27 de agosto de 2015

Me marcho



¿Y si... me marcho?
A conocer otros paisajes diferentes o a regresar a alguno que me pintarrajeó la cara de felicidad.
A usar abrigo claustrofóbico en verano o un biquini colorido en invierno.
A tropezar con la misma piedra o a levantarme con el pie derecho.
A sufrir los efectos secundarios o a buscar la píldora de la felicidad.
A vivir deprisa o a seguir muriendo lento.
No lo sé.
Porque mientras estás leyendo estas palabras, no impides que lo haga.
Pero supongamos que... me marcho.
A endulzar con otro néctar mi café o a beber té.
A construir barricadas o a quitarme las espinas del alma.
A matar dragones o a calzarme un zapato de cristal.
A atrapar mis sueños o a ir hasta el infinito y nada más.
A quedarme si me lo pides o a no volverte a ver jamás.
Aún no lo sé.
Por eso, creo que... me marcho.
A arroparme en otros brazos sin coraza o a tirarme a un acantilado a braza.
A romper mis miedos o a sacudir los despojos de tu afecto.
Porque intuyo que no estrujarás las migajas de lo que un día llamaste amor.
Es por eso que… me marcho.

Y te lo agradezco.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Piezas de un puzzle


Quiero arrugarte la camisa, arrancarte un botón; ensuciar tus platos, hacerte reír un rato, viajar a Japón; rodearte con mis brazos, tropezar con tus zapatos, dedicarte una canción; desaliñar tu ensalada, abrazarme a tu almohada, dibujar en tu espalda, recorrer el desierto en bañador; calentar un helado y soñar que somos superhéroes en acción; regalarte un flotador, cocinar a fuego lento para dos, meterte un virus en el ordenador, ganarte con la PlayStation 2, explotarte un globo en la cara, vigilar tu pantalón; robarte una mirada, visitar París en Nueva York, desearte un deseo, protegerte en un rincón; juntar la naranja y comerme un limón....

Pero más que nada... ¡Quiero curarte el corazón!

martes, 25 de agosto de 2015

¡Miente Pinocho!





Era el mozalbete más apuesto de toda la aldea,
él no tenía que demostrar su hombría,
porque contaba con una peculiaridad:
cuando mentía, el miembro viril le crecía.
Y entre vítores y alabanzas, hacía felices a todas las muchachas.
«Miente pinocho», le pedían.
Y él a todas les surtía de su gran variedad de mentiras.
Pero un día el zagal se enamoró de una chavala,
la más casta y pura de toda la comarca.
Por primera vez se vio obligado a decir la verdad,
y comenzó a rechazar a todas las chiquillas del lugar.
Con su sinceridad… « la cosa» empezó a bajar.
Su enamorada, ya un poco más espabilada, se quedó asombrada.
Y ni corta ni perezosa, le gritó apresurada:
«¡Miente pinocho, qué el tamaño sí importa,
 y tú cada vez la tienes más corta!».
Y Pinocho le dijo que la odiaba y que no la desvirgaba.
Unos minutos después, nuevamente le aumentaba.

Este poema viene con moraleja:
«Las mujeres toleramos alguna mentirijilla piadosa
si la causa es bondadosa».


viernes, 21 de agosto de 2015

Mi amor imaginario




Siéntate a mi lado y cuéntame tus secretos confesables. Déjame que yo te cuente aquellos que no le diría a nadie. Necesito que me desees con pasión, no con locura; cámbialo por ternura. Juega conmigo en los columpios y quítame el miedo a crecer; a que los problemas me impidan sonreír por cualquier tontería. Hazme reír cada día. Déjame que te haga vibrar, feliz. Bésame con dulzura, sin premura, saborea mis comisuras; que crea que sin mis besos no sabrías como vivir, aunque no sea así. Miénteme si crees que puedes volverme radiante. Muérdeme suave. Recuérdame que en tus mordiscos está el poder de hacerme daño, pero que prefieres regalarme placer y sensualidad en cada bocado, y con ello sanarme. Sé mi luciérnaga y dame luz en mis noches más oscuras. Susúrrame al oído, erízame la piel, que ella sienta que es tuya. Dime que algún día te podrán ver los demás, que mi locura se transformará en una realidad. Conviértete en carne y hueso, en arte..., ¡quiero desnudarte! Dame la seguridad de que siempre te quedarás conmigo, a mi lado. Yo sé que estás, a pesar de que no te puedo ver dejé de hacerlo hace tiempo, ¡maldita adultez!, pero en cambio, te siento. En ocasiones noto como rozas mi piel, tu cálido aliento en mi nuca. ¡Quédate! Deja que te siga imaginando, fantaseando, idealizando…, dibujando tu silueta en el aire. No derrumbes mis castillos, no te marches. Aunque solo sea para seguir cada noche... soñándote.

Para ti..., que saltas conmigo al vacío en mis desvaríos, sin arnés y sin decir ni pío.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Ya no juego contigo

 


Eres una adivinanza, que no consigo resolver;
y es que tus pistas me despistan hasta el punto de doler.
Me regalas versos que emanas de tus entrañas
con palabrería barata que fraguas de tus musarañas.
Descifrar tus enigmas se ha convertido en mi batalla,
no me dejas otra estratagema que declararte la guerra, dándote tralla,
y anticiparme a tus pasos en un camino de piedras con los pies descalzos,
para acabar como una idiota arrojándome a tus brazos.

Es la última vez que intento desenredar esta maraña,
que después tengo que ir detrás uniendo los trozos que tú arañas.
Ya me he hartado de armar puzzles y de romperme la cabeza,
y de consumir medicinas para acabar con las migrañas
que me produce el ser más díscolo de la naturaleza.
Cada acertijo me aproxima al borde de un precipicio.
Y, ¿sabes qué te digo? ¡Qué ya no juego más contigo!


¡Y ahora no respiro!

viernes, 14 de agosto de 2015

Del 1 al 10

   ¿Cariño?
   Sí, amor.
   Del 1 al 10... ¿cuánto me quieres?
   Diez. ¿Y tú a mí?
   Cinco.
   ¿Sólo 5?
   Tenía toda la vida para quererte hasta diez.

         Y me marché…




¡Quédate con ese alguien que cada día pueda quererte un poquito más!

miércoles, 12 de agosto de 2015

Contando ovequitos

Una ovejita, dos ovejitas, tres ovejitas... ¡Ay, qué no me duermo! Cuatro ovejitas, ¡ya no tomo más café! Cinco ovejitas, ¡ni Coca-cola! Seis ovejitas... Uhm, ¡tengo hambre! ¡Y sed! Siete ovejitas... Se aproxima un mosquito... Ocho mosquitos... ¡Ah, no!, nueve ovequitos... Zzzzzzzzzzzzzz


(Si no puedes dormir, deja de contar ovejas y lígate al pastor) =P

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